Estuve en lima hace unas semanas. Un poco de lo mismo pero ya más viejo. Lo mejor fue el Sur. Lo peor fue el Sur, también. Que pena, que se haya perdido la idea de las vacaciones. Lo distinto de Lima. Ibamos a totoritas y comprabamos en el mercado de Mala y al pescador en la misma playa. Te mudabas al Sur. Ahora compras en Wong, estamos rodeados de cercos y barriadas que mendigan las migajas que les dejamos (en sus tierras, de paso).
A los 28 años, que rico los bares, la falta de barro en el boulevard, la seguridad, etc. Pero mirando hacia atrás, que pena. Que los que vienen no tengan 'la carretera', Santa Cruz, chupitza, la cuatri de a 8 para llegar a la pérgola, la fogata en la playa, la corrida de olas de noche con las helas...
La playa era otro mundo; un mundo de vacaciones. Y la carretera era uno alejado de los 'viejos' del día ordenado. Ahora, no hay vacaciones, todo es igual, hay cine y peluquería. Ahora no hay donde escapar, estan los viejos saludándote en el restaurante mientras haces cola en la Huaca con tus patas. Que roche.
Que pena. Pero, a los 28, no esta tan mal.